
Para
determinar la efectividad, avance de los procesos de enseñanza, aprendizaje y formación
de los estudiantes, es fundamental hablar de evaluación, la cual se convierte en
un puente entre la enseñanza y aprendizaje, y que va más allá de unos
resultados cuantitativos o cualitativos. Que permiten al docente reflexionar
sobre su labor para reorientarla y corregirla con el fin de mejorar y
contribuir significativamente en los procesos de enseñanza-aprendizaje de sus
estudiantes. En este sentido para Díaz Barriga y Hernández Rojas (2000) la evaluación
es: “Una tarea necesaria en el proceso de aprendizaje y enseñanza, en tanto que
aporta al profesor un mecanismo de autocontrol que la regula y le permite
conocer las causas de los problemas u obstáculos que se suscitan y la perturban”.
“La
evaluación significa emisión de juicios sobre un asunto determinado e implica
un proceso de investigación. En principio la evaluación es sinónimo de apreciación,
estimación o valoración. La evaluación es la acción permanente por medio de la
cual se busca apreciar, estimar y emitir juicios sobre los procesos de
desarrollo del alumno, buscando determinar que avances han alcanzado en
relación con los logros propuestos, que conocimientos han adquirido o
construido y hasta qué punto se han apropiado de ellos, que habilidades y
destrezas han desarrollado, que actitudes y valores han asumido y hasta donde
estos se han consolidado. La evaluación es un proyecto en construcción
permanente con la mirada puesta en el futuro, para que contribuya a mejorar los
procesos de formación de los alumnos. De esta manera la evaluación se convierte
en un elemento dinamizador y regulador del proceso pedagógico”.
LA EVALUACIÓN DE
LOS ESTUDIANTES: UNA DISCUSIÓN ABIERTA.
http://www.rieoei.org/deloslectores/1388Cordoba-Maq.pdf
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